Sample Translation: Masks and COVID-19 – Muestra de traducción: Máscaras y COVID-19.
This post is a translation of an article published on the American Lung Association website – From the Frontlines: The Truth About Masks and COVID-19 | American Lung Association
Desde el frente: la verdad sobre las máscaras y el COVID-19.
Por David G. Hill, M.D. | 18 de Junio de 2020
Hay una enorme cantidad de desinformación circulando con respecto al uso de máscaras para disminuir la transmisión del COVID-19. Al igual que con muchos otros aspectos de la pandemia, el uso de máscaras se ha politizado, lo que es desafortunado cuando se trata de la salud pública. El aspecto científico de esta enfermedad, incluyendo lo relacionado con la salud pública, es desordenado. Las recomendaciones cambian a medida que aparecen nuevas evidencias. Un virus nuevo del cual se tienen datos limitados, como ocurre con el coronavirus causante del COVID-19, genera un gran nivel de incertidumbre.
Inicialmente había una escasez significativa de máscaras para los trabajadores de primera línea. Por esta razón, las autoridades se negaban a recomendar su uso al público en general. Es comprensible que la gente, al recordar esta situación, no sepa que pensar. Creo que debemos confiar en los especialistas en salud pública y darnos cuenta de que sus recomendaciones pueden cambiar a medida que se disponga de mejores datos. Tomó años comprender completamente la transmisión del VIH. A las personas que no tuvieron en cuenta las recomendaciones dadas sobre prácticas sexuales seguras en los primeros días del VIH no les fue tan bien como a las que tomaron precauciones para protegerse a sí mismas y a sus seres queridos.
Lo que se sabe.
El coronavirus se transmite principalmente de persona a persona por la pulverización causada por la respiración. Mantenerse alejado de las demás personas (distanciamiento social) y disminuir la transmisión de partículas virales entre personas son formas de disminuir la propagación del virus. Si bien la investigación de alta calidad sobre el uso de máscaras es limitada, todos los datos sugieren el uso de máscaras como una medida clave de salud pública para disminuir la propagación viral.
¿Son las máscaras 100% efectivas?
La máscara N-95, considerada la más efectiva, mantiene al usuario libre de inhalar partículas virales en un 95%. Estas máscaras todavía se reservan para los trabajadores de primera línea en entornos de alto riesgo donde se producen aerosoles de partículas virales. Las máscaras quirúrgicas son menos eficaces y los revestimientos faciales de tela lo son aún menos para proteger al usuario. Sin embargo, incluso una reducción del 50% en la transmisión viral es estadísticamente importante.
Para el público en general, la razón para usar una cubierta facial es ayudar a proteger a los demás cuando se tose, estornuda o incluso habla y se rocían gotitas cargadas de virus en el aire. Muchas personas que se infectan pueden propagar el virus del COVID-19 sin saberlo porque tienen pocos o ningún síntoma. Por lo tanto, usar una máscara es mostrar respeto por los demás y es una manera de ayudar a disminuir la propagación de la enfermedad. Es importante que la máscara no sea tan gruesa como para hacer que la respiración a través de ella sea incómoda. Los insertos de filtro no son siempre necesarios y pueden hacer que las máscaras sean más incómodas.
“El uso de máscaras nos permite abrir la economía más rápido. No usar una máscara cerca de otras personas empeora la pandemia, aumenta la cantidad de enfermos y empeora los efectos económicos¨.
¿Causan las máscaras bajos niveles de oxígeno?
Absolutamente no. Llevamos máscaras todo el día en el hospital. Las máscaras están diseñadas para respirar a través de ellas y no hay evidencia de que se produzcan niveles bajos de oxígeno. Sin embargo, hay cierta evidencia de que el uso prolongado de máscaras N-95 en pacientes con enfermedad pulmonar preexistente podría causar cierta acumulación de niveles de dióxido de carbono en el cuerpo. Las personas con problemas pulmonares preexistentes deben comunicar sus dudas sobre el uso de máscaras a sus proveedores de atención médica. No hay absolutamente ninguna evidencia científica de que el uso de máscaras o el distanciamiento físico debilite el sistema inmunológico.
Entonces, ¿qué se debería hacer?
Disminuir la gravedad de la pandemia está directamente relacionado con las estadísticas. Si desea evitar la infección al 100% la única manera de lograrlo es aislándose por completo. Eso no es práctico o mentalmente sano para la gran mayoría de las personas. La mejor alternativa luego de esta es hacer cosas que limiten la probabilidad de contagio de persona a persona. Estos incluyen el distanciamiento y el uso de máscaras.
Cuanto más lejos esté de un paciente infectado menos probabilidades tendrá de contraer el virus. Seis pies es mejor que dos pies y 12 pies es probablemente mejor que seis. En algún momento la distancia pierde sentido desde el punto de vista estadístico. Desafortunadamente, no hay un número correcto. El flujo de aire (interior, exterior, ventilación, viento, etc.), la temperatura, la humedad, la carga viral producida por la persona infectada y la susceptibilidad de la persona no infectada juegan un papel en la determinación de la distancia a la que se deba estar.
Las máscaras no son 100% efectivas, pero su uso disminuye el riesgo de propagación viral. Los profesionales de la salud pública creen que el uso de máscaras y el distanciamiento social son las claves para controlar la primera ola y disminuir o evitar las olas posteriores del virus. El uso de máscaras nos permite abrir la economía más rápido. No usar una máscara cuando se está cerca de los demás solo empeora la pandemia, aumenta el número de enfermos y empeora los efectos económicos.