Whatsapp, Facebook, el Internet y la mensajería responsable.

En el mundo actual son tantos los aspectos de nuestra vida que han cambiado a una velocidad tan vertiginosa que a veces nos olvidamos de cómo se hacían las cosas en el pasado. Recuerdo la época en que veía las noticias en la televisión, las escuchaba en la radio, o las leía en el periódico para enterarme sobre lo que sucedía en mi comunidad, mi ciudad, mi país o en el mundo. Si algún suceso importante captaba la atención del público, había que esperar a las noticias de las 9:00 PM para saber que pasó o hasta la mañana siguiente para leerlo en el periódico.

El Internet y la propagación de falsedades

Con el advenimiento de Internet y más recientemente el uso de teléfonos inteligentes, las posibilidades de enterarse sobre noticias y otros hechos relevantes, y de compartirlas con nuestros compañeros de trabajo, vecinos, y familiares han aumentado de tal manera que somos virtualmente inundados por correos electrónicos, mensajes de Whatsapp, mensajes de Facebook, Twitter, Instagram, y otros similares. Siento que este hecho de alguna manera nos está obligando a asumir el papel que en el pasado estaba en manos de los locutores y periodistas quienes filtraban y corregían las informaciónes antes de transmitirlas. La diferencia es que el usuario de redes sociales común y corriente no sabe cómo hacerlo o no se siente particularmente responsable de ello. Esta situación está directamente relacionada con el reenvío de artículos, videos, mensajes, etcétera, facilitado por la integración de las diferentes plataformas. Creo que esto no sería ninguna amenaza si compartiéramos mensajes personales sobre actividades realizadas en nuestra vida diaria. El problema es que una gran parte del contenido compartido proviene de terceros que ponen información pobremente investigada y comprobada a través de esos medios. En un mundo dominado por las noticias falsas, redes sociales, y otros actores que quieren controlar la opinión pública, se hace imperativo que nosotros, como usuarios, tengamos que ejercer un control activo de la información que ayudamos a propagar.

Preocupacion creciente

Esta foto se usó como prueba de que Kamala Harris supuestamente había jurado sin tocar la Biblia.

¿Por qué digo todo esto? Veo con creciente preocupación cómo muchos contenidos falsos, infundados, y/o creados maliciosamente se comparten en las redes sociales y otros servicios de mensajería con facilidad asombrosa. No solo eso. El rango de temas tratados en esos contenidos no comprobados también es alarmante. Va desde afirmaciones pseudo-religiosas hasta información falsa sobre acontecimientos del momento.

Por ejemplo, un usuario Whatsapp en un grupo que sigo compartió un mensaje sobre Kamala Harris, el cual decía que ella no había colocado su mano sobre la Biblia al momento de tomar su juramento como Vice-Presidente de los Estados Unidos. De acuerdo con el mensaje, que fue documentado con una imagen, la señora Harris no juró correctamente, dando a entender que esto había sido hecho a propósito. Sólo se necesita hacer un zoom a la foto que el mismo usuario había enviado para darse cuenta de que la vicepresidente Harris no había tomado el juramento sobre una, sino dos Biblias, y que el libro en la parte superior era más pequeño y de color más oscuro que el colocado debajo. El forro de cuero negro de la Biblia de arriba se mezcló en la foto con la ropa negra de la persona que sostenía los libros, lo que hizo ver a la mano de Harris como si flotara sobre la Biblia colocada por debajo, sin tocarla. Recordé que había escuchado acerca de las dos Biblias en la transmisión de la ceremonia de inauguración, así que busqué en Internet información acerca de Kamala Harris y la controversia de las dos Biblias. Me sorprendió ver que muchos sitios web de Internet propagaron la misma información falsa sobre el juramento y que otros medios oficiales la habían desmentido. Busqué otra imagen de la misma ceremonia tomada desde otro ángulo donde ambas Biblias podían verse claramente y envié un mensaje al grupo para refutar la información falsa.

La persona que envió el mensaje contestó que los demás eran los que debían preocuparse por comprobar la información, y que ella la había publicado de la misma manera en que la había recibió. Ese simple hecho habla del nivel de responsabilidad que las personas sienten que tienen en relación a este tema.

Falsos Gurús y otros similares

Otro aspecto preocupante de este problema es la gran cantidad de contenido que aparece en sitios web como Facebook, YouTube y similares, sobre gurús autoproclamados que se presentan como poseedores de la verdad absoluta para hacer dinero rápido y fácil, o para decir que se comunican con los ángeles y ayudan a lograr la iluminación espiritual. No tengo nada en contra de las personas que buscan maneras de tener éxito material o mejorar su vida espiritual, pero de nuevo, en el mundo de hoy, tenemos que tener cuidado con el contenido que consumimos. El supuesto conocimiento que proclaman tener estas personas puede ser una verdad distorsionada que nos pudiera separar de la anhelada iluminación espiritual en vez de conseguirla. También podría ser una estafa para quitarnos nuestro dinero ofreciéndonos, por ejemplo, cursos que no sirven de nada o que tienen información que se puede encontrar en Internet de forma gratuita. Muchos de estos llamados gurús simplemente difunden contenidos reutilizados y amalgamados con ideas que también han tomado de otra persona o, peor aún, han creado ellos mismos sin ningún conocimiento filosófico o canónico.

Mensajería responsable

Tenemos que ser usuarios responsables de las redes sociales, plataformas de mensajería y otras aplicaciones similares. Como dije antes, hay que aceptar el hecho de que estamos en la posición que antes ejercían los locutores y periodistas de los medios de comunicación. Esto no significa que tenemos que hacer el tipo de investigación y comprobación que un periodista hace, ese no es nuestro trabajo, pero si nos encontramos con una información que parece tirada de los cabellos o sospechosa, se puede hacer una comprobación en la red antes de compartirla, o al menos se puede indicar que no sabemos a ciencia cierta si es verdad o no. Es una forma de ejercer responsablemente el uso de las redes sociales, las cuales se han vuelto universales hoy en día y tienen una poderosa influencia en todos los aspectos de nuestra vida.